El suicidio es la muerte auto-infligida intencionadamente, un acto que refleja un profundo sufrimiento emocional y psicológico. Más que un acto al azar o sin sentido, para quien lo comete puede percibirse como la única salida a problemas o crisis que generan un intenso dolor.

Este fenómeno se comprende mejor como el resultado de un sufrimiento multidimensional en una persona vulnerable. Generalmente, se asocia a:

  • Frustración o necesidades insatisfechas.
  • Sentimientos de desesperación y desamparo.
  • Conflictos internos ambivalentes entre el deseo de vivir y la necesidad de escapar de un dolor insoportable.
  • Disminución de alternativas: una visión limitada de posibles soluciones frente a los problemas.
  • Tensión emocional extrema: un estado en el que la carga psicológica parece insostenible.

El suicidio, aunque doloroso y difícil de entender, suele estar relacionado con una percepción distorsionada del futuro, influida por factores emocionales, sociales y biológicos. Por ello, es esencial hablar sobre el tema sin juicios, con empatía y comprensión, para apoyar a quienes enfrentan estas situaciones.